Las cosas no se hacen solas, no pretendas que todo salga
como planeas simplemente porque tú lo imaginaste. No sientas al destino a tú
favor. La imaginación es buena, le dijo un día un buen amigo a modo de consejo,
pero no puedes pretender que algo que este en tu cabeza se represente como una
obra de teatro por nosotros los actores sin que nos estudiemos el guión de lo
que hay que hacer. Pídelo, llega y hazlo, no dudes en si podrás hacerlo porque
encontrarás la forma.
Y eso hacía, hasta que olvidé que era justo lo que debía
hacer. El tiempo y la falta de costumbre, uno no sabe muy bien lo que es suyo
hasta que no le dicen que puede cogerlo. Esa duda hace que las personas con
decisión nos quiten las oportunidades. Pero ya no es tiempo de indecisiones,
encontraremos la manera. Necesitamos buscar el qué hacer, sólo eso, aunque
parece poco es lo más complicado.
De todas las opciones escoger una, un camino y al escogerlo
tendrás montones de decisiones ligadas al mismo, eso lo facilita un poco. Y una
vez que empiezas a andar no va a ser solo, dice el proverbio chino “si caminas
sólo llegarás más rápido, si caminas acompañado llegarás más lejos”. Me gusta
la idea de llegar al final del camino, espero un cartel al final con un ¡FELICIDADES!
o un ¡YA ERA HORA! Todo vale al final.
La compañía no es necesaria, si fuese así podríamos sospechar
del acompañante, ¿para qué me necesita? Sería una buena pregunta a hacer
mientras andas. Está bien debatir y perderse con alguien, todo lo que puedas hacer con esa persona que te haga más ameno el viaje, pero que los dos
sepamos que vamos andando hacia el ¡FELICIDADES!.