domingo, 25 de abril de 2010

Sueños

Si algo se de todo esto es que no está pasando. Bueno, técnicamente si está pasando, pero solo en mi cabeza. Por tanto creo que no cuenta como real, aunque parezca la vida misma.
Soñar es divertido, porque todo es posible cuando es tu cabeza la que crea la historia en la que te encuentras. Pero hay muchos tipos de sueños, y no me refiero a los temas de cada uno (terror, risa, intriga), eso también, pero no es de lo que hablo ahora. Yo hablo de sueños en los que eres el personaje principal, sueños en los que solo ves desde fuera lo que ocurre, en los que eres capaz de tomar decisiones y los que no, los que acaban cuando va a suceder lo peor o los que te dejan con ganas de saber que iba a pasar después. Son muy distintos unos de otros, y pueden gustarte más o gustarte menos, pero siempre tienes un mismo problema, y es que se olvidan muy fácilmente.
No sé exactamente cuál es el motivo, pero si tú haces algo hoy, mañana lo recuerdas, y pasado, y al otro… En cambio si sueñas algo hoy, mañana te acordaras vagamente, y pasado te acordaras un poco menos, y al otro solo recordaras que soñaste algo. Creo que el cerebro es muy selectivo a la hora de memorizar las cosas, y este es un ejemplo muy claro. Cuando considera que algo no tiene suficiente importancia como para ser recordado, lo almacena en un lugar al que no podemos acceder voluntariamente. Quizá sea el mismo lugar del que salen los sueños, porque si lo piensas, tampoco somos capaces de acceder a ellos cuando queremos. Solo Mientras dormimos aparecen, y nos involucran en escenas y momentos que no existen, pero que podemos sentir tan profundamente que a veces incluso supera lo real. Y no solo sueñas lo que ves, también lo que tocas, lo que hueles, todo. Es lo que pasa cuando el cerebro, dueño y señor de todo nuestro cuerpo, nuestros sentidos y algunas cosas más que desconocemos, se encarga de maravillarse a si mismo creando mundos nuevos que solo duran unos instantes.
Creo que podemos decir que el cerebro se engaña a sí mismo por alguna razón, para que una parte de él crea en lo que está viviendo, mientras la otra es la que envía esas “mentiras” que forman los sueños. Puede que sea para relajarse, o para ordenar ciertas ideas y clasificarlas, y al moverlas de lugar o trabajar con ellas se crean ilusiones en nuestro interior. No lo sé, pero de lo que estoy seguro es que cuando despierte de este sueño, recordare mucho menos de lo que ha ocurrido en realidad, y que este texto no estará, porque solo lo estoy escribiendo con una parte de mi cerebro, ya que la otra es la que se ocupa de leerlo y decirme que sí, que es cierto lo que veo.
18-01-2010

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